Ubuntu ha establecido una nueva forma de actualización para su sistema. Las actualizaciones por fases son similares a las actualizaciones que teníamos antes, pero la diferencia reside en la forma en la que son lanzadas. Si antes eran lanzadas a todo el mundo, ahora son liberadas gradualmente, con el fin de mejorar la estabilidad del sistema, y así evitar bugs y fallos de una actualización.
En caso de que un fallo fuese detectado en una actualización, el proceso sería interrumpido y las actualizaciones no serían instaladas a otros usuarios. El sistema funciona liberando las actualizaciones a un 10% de los usuarios, y si todo funciona como es debido, se lanza a otro 10% y así hasta llegar a todos los ordenadores.
Este cambio no afectará a los usuarios, incluso no lo notarán, y tampoco deberán hacer nada distinto para recibir las actualizaciones, ya que se hará de la misma forma, desde el gestor de actualizaciones.
Esta semana también hemos sabido que Ubuntu 13.10 seguirá usando Mozilla Firefox como su navegador web por defecto, por lo que no empleará Chromium.